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Fundamentación del Banco de Tiempo en la Doctrina Social de la Iglesia

Antecedentes

El desarrollo de la sociedad es un hecho necesario, es fruto del trabajo y corresponde al mandato divino de dominar la tierra y enseñorearse de ella. Por tanto, la actividad económica es un hecho necesario y legítimo. Sin embargo, es importante ubicar a la economía como una

actividad instrumental, que debe ser soportada científicamente y aprovechada con un sentido ético y de responsabilidad.

La Iglesia siempre ha respetado la autonomía de las ciencias y el valor de las actividades humanas señalando, sin embargo, los aspectos morales que deben informar a las mismas. Pero la acción de la Iglesia, a través de su doctrina social, no se ha limitado única y exclusivamente en el señalamiento de unas reglas generales, sino que, sobre todo ha buscado la raíz de los hechos sociales, con una visión antropológica que trasciende las observaciones de las ciencias humanas y penetra en un sentido teológico. No en valde el Papa Juan Pablo II ha insistido una y otra vez en que Cristo no sólo se revela en sí mismo, sino que revela lo que el hombre es. Por ello, la antropología cristiana, es más que una antropología filosófica, bien podría decirse que es una antropología teológica, puesto que es a la luz de la Revelación, no solo de la naturaleza material del hombre, sino de su dignidad espiritual de hijo de Dios, hermano de Cristo, de ser personal redimido por El, como se puede comprender en plenitud el ser del hombre, a fin de que a partir de dichas características se ilumine su destino y su misión en la tierra. Esto lo ha reiterado el Papa Juan Pablo II en su encíclica Centesimus annus, insistiendo en que la dimensión teológica se hace necesaria para interpretar y resolver los actuales problemas de la convivencia humana (N.55).

Por ello, la Iglesia, sin menospreciar los hechos materiales, le pide al hombre que no los vea como fines, sino como medios, subordinándolos a los espirituales, de tal suerte que sirvan a los hombres y no resulte que los hombres resulten sometidos a estos fenómenos.


LA ECONOMÍA

Desde esta perspectiva, la Iglesia reconoce a la economía su valor y autonomía, pero también le ha marcado límites cuando sus consideraciones parten de una visión parcial en su dimensión o materialista en sus fines, rechazando criterios economicistas que desconocen otros aspectos de la naturaleza humana o pretender subordinarlos a los hechos económicos, por encima de la libertad y la responsabilidad de los hombres. Por ello, la Iglesia ha rechazado las concepciones mecanicistas que pretenden someter al hombre a unas supuestas reglas inflexibles del mercado o de la dialéctica que todo lo explican a la luz de la producción y el intercambio de los bienes y servicios.

Desde luego, la Iglesia reconoce la existencia de reglas objetivas para las transacciones económicas. Pero, al mismo tiempo, dichas reglas dan al mercado una generalidad y frialdad tales, que termina por ignorar las subjetividades que participan en los procesos de intercambio.

Por otra parte, sin negar que la búsqueda de un sano provecho y beneficio, en un ámbito de libertad responsable, constituye un estímulo necesario para la actividad económica, también ha advertido acerca de los peligros que representa una economía que tenga como único fundamento, justificación y fin, la obtención del propio interés, sin límites morales y sin considerar la responsabilidad de los actos personales respecto del prójimo y del bien común de la sociedad. Una economía sustentada en el propio interés puede propiciar una lógica hedonista en la cual el placer, el bienestar a ultranza y la comodidad, entendidas como el verdadero sentido de la felicidad humana, determinen los intercambios económicos. Es claro que, vista desde esa perspectiva, la economía podría impulsar un desorden personal y una interpretación equivocada de un ordenado amor propio, y la búsqueda del legítimo y honesto bienestar.

S.S. Juan Pablo II nos señala en la Centesimus annus: “No es malo el deseo de vivir mejor, pero es equivocado el estilo de vida que se presume como mejor, cuando está orientado a tener y no a ser, y que quiere tener más, no para ser más, sino para consumir la existencia en el goce que se propone como fin en sí mismo. Por esto, es necesario esforzarse para implantar estilos de vida, a tenor de los cuales la búsqueda de la verdad, de la belleza y del bien, así como la comunión con los demás hombres para un crecimiento común, sean los elementos que determinen las opciones del consumo, de los ahorros y de las inversiones. A este respecto, no puedo limitarme a recordar el deber de la caridad, esto es, el deber de ayudar con lo propio (superfluo) y, a veces incluso con lo propio (necesario), para dar al pobre lo indispensable para vivir. Me refiero al hecho de que también la opción de invertir en un lugar y no en el otro, en un sector productivo en vez de otro, es siempre una opción moral y cultural. Dadas ciertas condiciones económicas y de estabilidad política absolutamente imprescindibles, la decisión de invertir, esto es, de ofrecer a un pueblo la ocasión de dar valor al propio trabajo, esta así mismo determinada por una actitud de querer ayudar y por la confianza en la providencia, lo cual muestra las cualidades humanas de quien decide”. (N.36)

EL VALOR DEL TRABAJO

La posibilidad de “ofrecer a un pueblo la ocasión de dar valor al propio trabajo” se constituye, como se ve, en una opción moral y cultural. Señala el Papa que esto se da en condiciones económicas y de estabilidad política imprescindibles para la canalización de ahorro y para realizar inversiones. Pero cuando estas condiciones no existen, como es el caso de nuestro país en estos momentos, la necesidad de dar valor al propio trabajo no cesa, aunque la posibilidad de concretizarlo se dificulta. Es más, estas nuevas condiciones de dificultad, en donde existen hombres que pueden trabajar y quieren hacerlo, pero las condiciones exteriores de la economía no se lo permiten, es necesario generarlas de manera creativa, más allá de la economía misma, retornando al significado profundo del Trabajo como algo integrante de su naturaleza. Pues “cualquier forma de materialismo y de economicismo que intentase reducir el trabajador a un mero instrumento de producción, a simple fuerza-trabajo, a valor exclusivamente material, acabaría por desnaturalizar irremediablemente la esencia del trabajo, privándolo de su finalidad más noble y profundamente humana”. (CDSI, 271).

El trabajo es un medio de realización de la persona humana. Es claro que, en la raíz más elemental de la vida, el trabajo se manifiesta como necesario, no solo para la conservación de la misma, sino para la plena satisfacción de nuestras necesidades. Sin trabajo no se vive. Es este un derecho humano natural, integrante del derecho a la vida y a una vida digna, propia de nuestra naturaleza.
Sin embargo, el trabajo no es solo, única o principalmente un medio de subsistencia. El cristianismo ve en el trabajo un medio de realización, un hecho humano que es más que físico, como algunos suelen verlo, sino que es un acto del hombre donde se pone en juego su inteligencia, su voluntad, sus sentimientos, sus facultades y los fines que busca a través de él. Por eso el trabajo es también un hecho moral.

La Iglesia enseña que desde la perspectiva cristiana, el Trabajo es una forma de participar en la obra creadora de Dios pues en su acción, como causa segunda, es capaz de potenciar la Creación en beneficio propio y de los demás, y con su recto uso, de glorificar a Dios. Es Él quien nos ha dado las fuerzas y energías necesarias; quien nos doto de inteligencia para descubrir en la naturaleza sus leyes y obtener sus frutos, y aunque gobierna el mundo con su providencia, lo hace misteriosamente a través de la acción de los hombres. La Iglesia sostiene incluso que “El trabajo representa una dimensión fundamental de la existencia humana no sólo como participación en la obra de la creación, sino también de la redención. Quien soporta la penosa fatiga del trabajo en unión con Jesús coopera, en cierto sentido, con el Hijo de Dios en su obra redentora y se muestra como discípulo de Cristo llevando la Cruz cada día, en la actividad que está llamado a cumplir. Desde esta perspectiva, el trabajo puede ser considerado como un medio de santificación y una animación de las realidades terrenas en el Espíritu de Cristo”. (CDSI, 263).

Sin embargo, y a pesar de esta trascendencia del trabajo para cada individuo, aquél no es un hecho aislado, indiferente a los demás. Por el contrario, el trabajo es un acto que tiene efecto para los demás, en un contexto de comunidad, donde los frutos del trabajo no son solo para quienes los han producido, sino también para los demás, no solo para quienes pueden participar de ellos mediante el intercambio conmutativo, sino también para aquellos que no pueden hacerlo.

Al respecto el Cardenal Stephan Wyszynski, reflexionando sobre “El Espíritu del Trabajo”, señalaba que “una parte del fruto de nuestra labor ha de beneficiar, ante todo, a aquellos que están incapacitados para el trabajo y que, por consiguiente y sin culpa suya, no pueden asegurarse los medios de vida necesarios”. Por ello, agrega, del esfuerzo de los que pueden y quieren trabajar han de sacar provecho aquellos a quienes resulta imposible trabajar. Este es un hecho de caridad constantemente recordado por la Iglesia.
Pero del mismo texto del cardenal se desprende una interrogante cuando habla de aquellos que pueden y quieren trabajar, pero no tienen donde hacerlo, ¿cuál es el remedio?, la respuesta inmediata sería crear condiciones para que el ahorro, convertido en inversión, sea generador de nuevos trabajos. Pero ¿y si en las condiciones existentes resulta imposible el ahorro?

El trabajo ya no es, dijimos, para la propia subsistencia, sino que es un hecho vinculante con los demás. Por ello, advierte el Cardenal Wyszynski, el trabajar “nos convierte progresivamente en parte de la sociedad, haciéndonos perder al mismo tiempo nuestra propiedad sobre nosotros mismos. Ya no es indiferente si trabajamos y lo que producimos”. El trabajo, por tanto, nos hace familia, nos hace sociedad.

Los frutos del trabajo son, en parte, para repartir con los necesitados. Pero ¿y si la necesidad es el trabajo mismo?, hay que compartir el trabajo.

LA REMUNERACIÓN DEL TRABAJO

La grandeza del trabajo ha insistido el Papa Juan Pablo II en su encíclica “Laborem excersens”, radica en quien lo realiza: El hombre. Y así como se afirma que el trabajo es un medio de realización de la persona humana, y que, por lo tanto, si es lícito dignifica al hombre. Puede afirmarse con mayor contundencia que el hombre dignifica al trabajo.

En el mundo contemporáneo, el trabajo es reconocido mediante el salario. Entre las características del salario –además de la justicia y su sentido remunerador-, se cuenta en la actualidad el hecho de que se reconoce en dinero, y la disponibilidad de dinero se ha convertido en una limitante para otorgar salarios por parte de quien lo requiere, a quién lo necesita, por la imposibilidad de contar con numerario para retribuirlo.

El valor subjetivo del trabajo ha explicado el Papa Juan Pablo II, radica en el valor de quien lo realiza (VE, 35). Por tanto, desde ese punto de vista, todos los trabajos son iguales, porque la dignidad de los hombres que los realizan es la misma. Sin embargo, este no es el único elemento que debe tomarse en cuenta para remunerar el trabajo en una relación justa y conmutativa de intercambios. Además del valor subjetivo del trabajo, existe uno de naturaleza objetiva (CDSI 270), que puede determinarse de acuerdo con el valor agregado que la acción de un trabajador aporta en su trabajo, y en ello intervienen elementos de conocimientos, habilidades, capacidades y responsabilidades que distinguen a unos trabajadores de otros y que justifican, e incluso reclaman, una remuneración diferente. Es de justicia.

Sin embargo, por obra de la caridad y magnanimidad, es decir, por amor a Dios y a los hombres por amor a Él, como hermanos que compartimos el mismo origen y destino final. Es decir, por solidaridad los hombres pueden renunciar a la relación conmutativa del trabajo, es decir al reclamo de su valor objetivo, hermanándose con sus semejantes a través del valor subjetivo del trabajo, para establecer una relación de intercambio de trabajos donde solo se valore la dignidad de quien lo realiza, por el tiempo en que éste se lleva a cabo. Esto sólo es posible siguiendo los consejos evangélicos y, por solidaridad, abandonar las reglas del intercambio. “Es ésta –diría el Cardenal Wyszynski- una exigencia que se impone en las exigencias actuales; hay que combatir la finalidad egoísta en la acción de muchos hombres, hay que poner coto a las voracidades groseras, a fin de ennoblecer el esfuerzo y la competencia, despertar el sentimiento de la responsabilidad y elevar el rendimiento por encima de las necesidades propias, a menudo muy limitadas”.
Esta solidaridad no puede ser garantizada por el mercado. La solidaridad es un hecho libre, voluntario y personal de cada cual, necesario para la convivencia social, pero que no puede ser impuesto, solo puede ser fruto de una donación, que está dispuesta a saltar por encima de las reglas objetivas del mercado, que por naturaleza es frío e impersonal, y que conmueve a la conciencia moral de los hombres rectos de corazón. Si duda, esta donación es renuncia, es sacrificio, y en este caso, es una renuncia al valor objetivo del propio trabajo, para igualarse a los demás, insistimos que, por caridad, en el valor subjetivo del mismo.

La renuncia al valor objetivo del trabajo es, sin duda, una posibilidad de realización del hombre, pues así como aspira a tener, también encuentra en el dar un medio de realización existencial. El hombre puede dar de lo que le es propio, y no cabe duda de que la propiedad es fruto del trabajo, y en cierta forma el trabajo es propio. Sin embargo, es necesario meditar las siguientes palabras del Cardenal Wyszynski, escritas en su obra El espíritu del trabajo (Duch pracy ludzkiej) : “En realidad el trabajo que decimos nuestro no es nuestro. Solo podemos llamar nuestro lo que plena y absolutamente nos pertenece, lo que depende de nosotros y a nosotros tiende”, y agrega enseguida: “Ahora bien, nuestra actividad no depende totalmente de nosotros. Porque en el trabajo, incluso en el más personal, nos servimos de fuerzas y valores que nos fueron dados por Dios, Creador de la naturaleza. Ese trabajo no nos pertenece tampoco, porque tiene carácter no solo personal, sino también social. Tampoco podríamos hacer de nosotros mismos el fin exclusivo de nuestra acción. Cuando decimos pues, “nuestro trabajo”, cometemos cierta exageración, más que traducir una realidad, se pretende simplificar una expresión”.

Si recordamos que los bienes creados son para todos los hombres, de donde se deriva el destino universal de los bienes, y el trabajo es el medio habitual para alcanzarlos, es necesario y urgente que todos los hombres que puedan y quieran hacerlo, trabajen, y a través de este esfuerzo accedan a los bienes que requieren, aunque no medié para ello el dinero como instrumento de intercambio, sino el trabajo mismo. En este sentido la Iglesia ha señalado que “El trabajo tiene una prioridad intrínseca con respecto al capital: «Este principio se refiere directamente al proceso mismo de producción, respecto al cual el trabajo es siempre una causa eficiente primaria, mientras el “capital”, siendo el conjunto de los medios de producción, es sólo un instrumento o la causa instrumental. Este principio es una verdad evidente, que se deduce de toda la experiencia histórica del hombre » Y «pertenece al patrimonio estable de la doctrina de la Iglesia» (CDSI, 277).

Y por si esas razones fueran pocas, recordemos que en la Centesimus annus (Cfr. CA, 18) el Papa Juan Pablo II ha señalado que el libre mercado como instrumento eficaz para colocar recursos y responder eficazmente a las necesidades, sólo es válido para las necesidades que son (solventables) con poder adquisitivo, y para aquellos recursos que son (vendibles). Sin embargo, hay numerosas necesidades que no tienen salida en el mercado. Es más, en estricto sentido, el trabajo humano no es (vendible), aunque pueda ser tasado. La subjetividad del trabajo tiene tanto valor como el sujeto que la realiza. (CDSI 276) “Por encima de la lógica de los intercambios a base de los parámetros y de sus formas justas, existe algo que es debido al hombre porque es hombre, en virtud de su eminente dignidad. Este algo debido, conlleva inseparablemente la posibilidad de sobrevivir y de participar activamente en el bien común de la humanidad.

A lo establecido anteriormente en el magisterio de sus antecesores se debe agregar, en una sana hermenéutica de la continuidad, el magisterio de los papas Benedicto XVI Y Francisco, quienes, cada uno con su estilo propio, buscan proponer al hombre de hoy una visión antropológica que no excluya el hecho de que éste está llamado y es capaz de la caridad, la fraternidad y la solidaridad también en sus relaciones económicas. Ambos pontífices afirman que la convicción de que el hombre actúa únicamente por su propio interés desemboca en una economía inhumana. Pues si bien los hombres podemos actuar únicamente por nuestro propio beneficio, también podemos actuar por amor real a los demás.

En Caritas in Veritate (CV) Benedicto XVI recoge y actualiza el corpus doctrinal de la Iglesia en materia económica desde Populorum Progressio del Papa Paulo VI (1967), enfatizando el papel de la caridad en las relaciones sociales, las económicas incluidas. Allí el papa emérito propone a la caridad como la vía maestra de la doctrina Social de la Iglesia (CV. 2) y señala que «(…) ella da verdadera sustancia a la relación personal con Dios y con el prójimo; no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas.» (CV.2) Por otra parte, enfatiza que: «sin formas internas de solidaridad y de confianza recíproca, el mercado no puede cumplir plenamente su propia función económica. (CV. 35).

No obstante, como ha señalado el papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelli Gaudium (EG), la economía dominante en la actualidad está lejos de reconocer la solidaridad y la dignidad de la persona como motor y culmen de la economía y del trabajo. Este se da y se reparte según criterios fríos del beneficio económico y la maximización de la utilidad descartando a miles de hombres de las actividades laborales. Al respecto el papa ha dicho con trágica lucidez que “esa economía mata” En este punto hay que analizar las palabras del papa Francisco en Evangelli Gaudium (EG), cuando señala que hay que buscar nuevos caminos rechazando los males actuales:

1.- No a una economía de la exclusión (EG. 53).
2.- No a la nueva idolatría del dinero (EG. 55).
3.- No a un dinero que gobierna en lugar de servir (EG. 57).
4.- No a la inequidad que genera violencia (EG. 59).

POR UNA ECONOMIA SOLIDARIA

Ante este diagnóstico, el papa propone la cultura del encuentro y la solidaridad. Así, en Fratelli Tutti (FT) y otras intervenciones, enfatiza la solidaridad y la fraternidad como modos de concreción de la caridad al señalar que «(..) la solidaridad se expresa concretamente en el servicio, que puede asumir formas muy diversas de hacerse cargo de los demás.» (FT. 115) En contrapunto a la solidaridad y a la fraternidad el papa nos recuerda que «El individualismo no nos hace más libres, más iguales, más hermanos. La mera suma de los intereses individuales no es capaz de generar un mundo mejor para toda la humanidad. Ni siquiera puede preservarnos de tantos males que cada vez se vuelven más globales» (FT. 105).

Con sus magisterios sobre la caridad, la solidaridad, la fraternidad y la comunidad los papas denuncian la mentalidad economicista que vuelve del propio beneficio y utilidad los parámetros y finalidad de la economía empobreciendo las relaciones interpersonales y rompiendo los lazos comunitarios. En último término lo que realizan es una revisión de los supuestos antropológicos y fines de la economía.

Para la Iglesia esta revisión no sólo es teórica, sino práctica y operativa. Bajo los principios de la caridad, la solidaridad y la fraternidad surgen a diario propuestas que exceden los paradigmas economicistas actuales. Muestra de ello son los movimientos populares «(…) que aglutinan a desocupados, trabajadores precarios e informales y a tantos otros que no entran fácilmente en los cauces ya establecidos» (FT. 169).

Siguiendo esta línea trazada por los Papas, el “Banco de Tiempo” de la Unión de Servicios Solidarios www.uniondeservicios.org busca ser un facilitador para la solidaridad que anima dichos movimientos populares: parroquiales, vecinales, comunales, etc., al proponer, en contrasentido del sistema regido por el dinero, un sistema de intercambio de trabajos entre quienes voluntariamente estén dispuestos a dar parte de su tiempo en este sistema, y recibir a cambio de ello, el trabajo de otros, de tal suerte, que sin necesidad de recurrir al dinero -escaso y deliberadamente restringido- quienes hoy necesitan trabajar, para sobrevivir, atender sus necesidades familiares, realizarse personalmente, contribuir a la riqueza social y participar en la obra creativa de Dios, no se encuentren sin trabajo por falta de “dinero”, cuando pueden y quieren trabajar. De forma tal, como ha señalado el Papa Francisco que «(…) estas experiencias de solidaridad que crecen desde abajo, desde el subsuelo del planeta, confluyan, estén más coordinadas, se vayan encontrando» (FT. 169) .

Bibliografia:

- Genesis 1:26
www.bibliacatolica.com.br/la-biblia-de-jerusalen/genesis/1/amp/

- Constitución Pastoral Gaudium et Spes. Concilio Vaticano II.
www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html

- Enciclica Redemptor Hominis. Papa Juan Pablo II.
www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_04031979_redemptor-hominis.html

- Encíclica Centesimus Annus. Papa Juan Pablo II.
www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_01051991_centesimus-annus.html

- Encíclica Laborem Exercens. Papa Juan Pablo II. (LE).
www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_14091981_laborem-exercens.html

- Encíclica Veritatis Splendor. Papa Juan Pablo II. (VE).
www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_06081993_veritatis-splendor.html

- Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia. Pontificio Consejo Justicia y Paz. (CDSI).
www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/justpeace/documents/rc_pc_justpeace_doc_20060526_compendio-dott-soc_sp.html

- El espíritu del trabajo. Cardenal Stefan Wyszynski.
www.amazon.com.mx/esp%C3%ADritu-del-trabajo-Stephan-Wyszynski/dp/B00RLVBCGM

- Caritas in Veritate. Papa Benedicto XVI. (CV).
www.vatican.va/content/benedict-xvi/es/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20090629_caritas-in-veritate.html

- Encíclica Populorum Progressio. Papa Pablo VI (PP)
www.vatican.va/content/paul-vi/es/encyclicals/documents/hf_p-vi_enc_26031967_populorum.html

- Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Papa Francisco. (EG)
www.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.html

- Encíclica Fratelli Tutti. Papa Francisco. (FT).
www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20201003_enciclica-fratelli-tutti.html


Fragmento publicado por el periódico italiano La Stampa el 11 de enero 2015, de la entrevista que el Papa Francisco concedió a principios de octubre de 2014, a los autores del libro «Papa Francisco. Esta economía mata» sobre el magisterio social de Bergoglio escrito por Andrea Tornielli, coordinador de Vatican Insider, y Giacomo Galeazzi, vaticanista de La Stampa. El libro, editado por Piemme (228 pp., 16.90 euros), disponible en librerías desde el martes 13 de enero 2015.

Santidad, ¿el capitalismo tal y como lo hemos estado viviendo en las últimas décadas es, según su opinión, un sistema de alguna manera irreversible?

«No sabría cómo responder a esta pregunta. Reconozco que la globalización ha ayudado a muchas personas a salir de la pobreza, pero ha condenado a muchas otras a morir de hambre. Es cierto que, en términos absolutos, ha aumentado la riqueza mundial, pero este sistema se mantiene con esa “cultura del descarte” de la que ya he hablado en varias ocasiones. Existen una política, una sociología y una actitud del descarte. Cuando ya no es el hombre, sino el dinero, lo que ocupa el centro del sistema, cuando el dinero se convierte en un ídolo, los hombres y las mujeres son reducidos a meros instrumentos de un sistema social y económico caracterizado, es más, dominado por profundos desequilibrios. Y así se “descarta” lo que no le sirve a esta lógica: es esa actitud la que descarta a los niños y a los ancianos, y que ahora también afecta a los jóvenes. Me impresionó saber que en los países desarrollados hay muchos millones de jóvenes menores de 25 años que no tienen trabajo. Les dicen “NiNis”, porque ni estudian ni trabajan: no estudian porque no tienen posibilidad de hacerlo; no trabajan porque falta trabajo. Pero también quisiera recordar esa “cultura del descarte” que lleva a rechazar a los niños también con el aborto. Me sorprenden los bajos índices de natalidad aquí en Italia: así se pierde el vínculo con el futuro. Y la “cultura del descarte” también lleva a la eutanasia oculta de los ancianos, que son abandonados. En lugar de ser considerados como nuestra memoria; el vínculo con nuestro pasado es un recurso de sabiduría para el presente. A veces me pregunto cuál será el próximo descarte. Debemos detenernos a tiempo. ¡Detengámonos, por favor! Entonces, para tratar de responder a la pregunta, diría que no debemos considerar estas cosas como irreversibles, no debemos resignarnos. Tratemos de construir una sociedad y una economía en las que el hombre y su bien, y no el dinero, sean el centro.»



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Planteamiento Banco de Tiempo

Planteamiento
Entendemos por economía:
• El conjunto de instituciones y procedimientos para cubrir de un modo ordenado, duradero y seguro las necesidades humanas de bienes y servicios que posibiliten al individuo y a las unidades sociales el pleno desarrollo.
Entendemos por dinero:

Instrumento de cambio, creado para facilitar el intercambio de bienes y Servicios.
Por lo tanto:
• El ser de la “economía” no está supeditado al “dinero”, pues existe economía donde no se usa dinero, por ejemplo: la vida comunal, el trueque, cooperativas etc.
Situación actual:
Economía del dinero:
• Inflación acumulada.
• Crecimiento de la deuda externa sin perspectivas de pago.
• Desempleo creciente.
• Caída de salarios en términos reales.
• Economía con bajo crecimiento.
Economía de la sociedad:
? Sociedad más educada, menor analfabetismo.
? Mejor nivel técnico en el trabajo.
? Mayor número de técnicos y profesionistas.
? Mejor y mayor comunicación social.
? Sociedad más participativa.

Perspectivas:
Modelo monetarista:
• Las posibilidades de desarrollo económico dependen de la disponibilidad de Recursos económicos (dinero).
• Incremento de la carga social para el pago de la deuda.
• Mayor dependencia internacional por la vía de préstamos, pérdida de Soberanía.
• Capacidad instalada de la sociedad, ociosa por falta de dinero para reactivarla.
• Grave deterioro social por falta de dinero para educación, capacitación e incluso para mantener la infraestructura existente.
• Posible saneamiento de finanzas públicas con costo a las finanzas sociales.
• El incremento de los impuestos y el costo de los servicios públicos, provocan mayor recesión.
• Modelo que no propicia bienestar para la sociedad, solo promete evitar males mayores.
Propuesta Modelo solidario:
? Las posibilidades de desarrollo económico dependen de la capacidad de brindar servicios de la sociedad.
? Modelo acorde a las tendencias del futuro, al poner a la sociedad en la Revolución del Servicio.
? Menor dependencia internacional por la vía de préstamos, aumento de Soberanía.
? Propicia la disminución de impuestos y del costo de servicios públicos.
? No requiere dinero por lo tanto no crea inflación.
? Utilización al máximo de la capacidad instalada de la sociedad para brindar servicios.
? Apoyo al desarrollo social, al aportar servicios de educación, salud, capacitación e incluso para mantener la infraestructura existente.
? Saneamiento de las finanzas de la sociedad al poder efectuar gastos de servicios sin requerir mayores ingresos.
? Modelo que propicia bienestar para la sociedad al facilitar sus posibilidades de desarrollo.
Objetivos:
? Ser un organismo que facilite el intercambio de servicios, entre quienes lo necesitan y quienes pueden proporcionarlos.
? Ser un organismo que se constituye en un amplio canal para la participación en la Solidaridad.
? Modelo eficiente a fin de utilizar la capacidad instalada de la sociedad para brindar servicios.
? Constituir un sistema para lograr una amplia capacitación en actividades productivas y facilitar las actividades educativas.
? Amplia educación práctica de la sociedad en el servicio y la solidaridad, como normas de convivencia humana.
? Constituir un vehículo para la aplicación de un modelo de intercambio económico complementario al monetario, no alterno ni excluyente.
? Constituir una base de información para el desarrollo de otros organismos de apoyo económico a la sociedad, como: cajas de ahorro, cooperativas de producción, cooperativas de consumo, microcréditos, microempresas, fomentando la “Economía Naranja” o de la creatividad etc.
Operación:
Sin importar el tipo de servicio proporcionado, el Banco de Tiempo lo registra en horas de servicio por solidaridad y en razón a la igualdad de la dignidad humana.
Los depósitos acreditados por el Banco de Tiempo a un cuentahabiente corresponden al número de horas de servicio que ha brindado.
El Banco de Tiempo cubre la función de canalizador de las ofertas y demandas de servicios, abonando a la cuenta del prestador y cargando a la cuenta del receptor del Servicio.
Es función del Banco de Tiempo vigilar que cada cuentahabiente mantenga un sano equilibrio entre servicios recibidos y proporcionados, así como cargarle un 10% en horas de servicios recibidos, por concepto de manejo de cuenta, mismas horas que se acreditan al “Padrino” que haya seleccionado el usuario al registrarse, a efecto de retribución por sus labores de gestión y para que pueda contar con una bolsa para gestión social.
La oferta y demanda de trabajo se rige por las leyes del mercado de servicios, las distorsiones por efecto de la falta de recursos se subsanan por solidaridad. Cada cuentahabiente decide cuantos y que servicios ofrece y cuales recibe a cambio.
Para abrir una cuenta en el Banco de Tiempo la primera acción es asistir a una plática de “Filosofía del Servicio”, a fin de conocer el concepto de solidaridad y servicio bajo el cual funciona el Banco de Tiempo. Tomar esta plática se considera un servicio recibido y se carga con 1 hora a la cuenta del nuevo cuentahabiente por apertura de cuenta.
El Banco de Tiempo verifica la capacidad del cuentahabiente para brindar servicio de determinado tipo, si está capacitado lo acredita dándole un certificado, si no lo está, le ofrece capacitación a fin de acreditarlo.



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Presentación Banco de Tiempo

¿Que es un Banco de Tiempo?
Herramienta de intercambio de servicios.
• Crea una alternativa de desarrollo económico social.
• Se intercambian habilidades y conocimientos, sin requerir el uso del dinero.
• Únicamente se contabilizan las horas de servicios prestados y recibidos.



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Manual de usuario Banco de Tiempo

Para acceder a la aplicación del Banco de Tiempo, primero se accede a la Unión de Servicios Solidarios, tanto mediante su página web: http://uniondeservicios.org/ Como mediante el App “Unión de Servicios”, disponible para descarga gratuita tanto en App Store de Apple para equipos iOS,

como en Play Store de Google para equipos Android. Habiendo ingresado a la aplicación de la Unión de Servicios Solidarios, en el Menú Lateral, se selecciona la pestaña “Banco de Tiempo”.



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Normas de Operación Banco de Tiempo

Normas de operación
1.- Para poder dar o recibir un servicio primero hay que registrarse en la plataforma de la Unión de Servicios Solidarios (Ver Manual de Usuario), aceptar sus normas de funcionamiento y ser habilitado por el padrino que el usuario seleccione.
2.- La unidad de intercambio

es la hora u horas empleadas en dar el servicio, independientemente del tipo de servicio que se ofrezca o se demande.
3. La información de la persona usuaria de la Unión es confidencial y no está disponible para su difusión.
4. La responsabilidad de los intercambios es de la persona implicada en el mismo, la Plataforma de la Unión de Servicios es sólo una entidad mediadora o gestora, no responsabilizándose de los intercambios realizados.
5. Los intercambios son de carácter puntual y siempre gratuitos, nunca sustituyen prácticas profesionales.
6. La Plataforma de la Unión de Servicios Solidarios, como entidad gestora del intercambio, podrá hacer balance periódicamente de cada cuenta corriente de tiempo y el usuario podrá consultar desde la aplicación el estado de su cuenta corriente de tiempo.
7. Los menores de 18 años necesitarán una autorización de sus padres o tutores para poder ser usuarios.
8. Los intercambios grupales equivalen al mismo tiempo que un intercambio individual.
9. No se podrá acumular una diferencia negativa mayor a 5 horas de tiempo entre los intercambios que se demandan y los que se ofrecen.
10. Los materiales necesarios para brindar el servicio, son responsabilidad de las personas que realizan el intercambio.
11. Las actividades o prestaciones que se realicen entre las personas usuarias, estarán enmarcadas dentro de los trabajos realizados a título de amistad, benevolencia o buena vecindad, excluyendo cualquier tipo de relación laboral.
12. Es necesaria la puntualidad en la realización de los intercambios. Contacte con la persona usuaria por adelantado si no puede ofrecer el servicio a tiempo o si debe cancelarlo.
13. Las actividades ofrecidas y solicitadas se podrán modificar en cualquier momento mediante la aplicación.
14. La baja de la persona usuaria es totalmente voluntaria y automática siempre que su cuenta no se encuentre en números negativos, si es este el caso se propondrá la forma de dejarla a cero.



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Preguntas Frecuentes sobre Banco de Tiempo

Preguntas Frecuentes
1.- ¿Qué servicios se pueden ofrecer?
Todos los que se quieran dentro del sentido común y de la legalidad vigente. Se pueden ofrecer de la forma y con las condiciones que el ofertante considere, explicando siempre de forma precisa al demandante en que consiste

exactamente el servicio que se ofrece.
2.- ¿Los miembros de un Bancos de Tiempo están obligados a dar servicios a otros miembros?
No. Siempre se puede rechazar la petición prestación de servicio, estar en el Banco de Tiempo solo obliga a cumplir las normas de operación del Banco de Tiempo.
3.- ¿Siempre 1 hora-moneda es igual a 1 hora-tiempo?
Efectivamente, es la base del funcionamiento del Banco de Tiempo, la igualdad en la recompensa del tiempo de servicio a los demás.
4.- ¿Cómo se cuenta el tiempo cuándo no estás con la persona que te realiza el servicio?
Cuando, por ejemplo, se encarga algo para hacer y no vamos a supervisar el tiempo transcurrido la confianza en el otro cobra protagonismo.
Una buena práctica para no llevarnos sorpresas es preguntar sobre cuánto tiempo va a costar más o menos el servicio, una especie de presupuesto.
5.- ¿Cómo se contabilizan servicios como alojamiento o cuidar mascota por vacaciones?
Las dos personas deben llegar a un acuerdo, por ejemplo, pueden llegar al acuerdo de que cuidar a una mascota por vacaciones conlleva un trabajo de 2 horas diarias, si las dos partes lo ven razonable ya está decidido.
6.- ¿Cómo se contabilizan los intercambios grupales?
Cuando se realiza un intercambio grupal, como un taller, no se deja de cumplir la norma de que si das 1 hora cobras 1 hora. Por lo tanto, el organizador u organizadores del taller deben cobrar el tiempo ofrecido a los demás, ni más ni menos, para hacerlo posible todos los asistentes pagan el tiempo recibido a la cuenta del Banco de Tiempo y el Banco de Tiempo pagará después las horas correspondientes a los organizadores. El Banco de Tiempo hace de intermediario en la transacción.
Normalmente esta es la manera que tiene el Banco de Tiempo de ganar horas que luego invierte en solicitar colaboración con la gestión del Banco de Tiempo.
7.- ¿No hay riesgo de que los servicios ofrecidos se consideren competencia desleal?
En el Banco de Tiempo no se realizan contratos laborales, se consideran como servicios amistosos, benévolos y de buena vecindad y por tanto no se consideran igual que los servicios que se realizan en la economía formal. Lo podemos comparar con los servicios que se suelen realizar dentro de los miembros de una familia o grupo de amigos.
8.- ¿Hay algún tipo de seguro o responsabilidad del Banco de Tiempo en la prestación de los servicios?
Los Bancos de Tiempo solo ponen a las personas en contacto. Los Bancos de Tiempo indican en sus reglamentos que cualquier responsabilidad se asume entre las personas que deciden realizar un intercambio y el Banco de Tiempo queda eximido de cualquier responsabilidad sobre los intercambios.
9.- ¿Se debe contabilizar el tiempo de desplazamiento?
Todos los desplazamientos que se realicen correrán a cargo del ofertante y no se contabilizarán a menos que los dos participantes en el servicio lleguen a un acuerdo antes de la realización del servicio.
10.- ¿Y si mi servicio requiere la compra o aporte de algún material?
Todos los intercambios que supongan algún material deben ser suministrados por la persona que demanda el servicio. Si es necesario que el propio ofertante compre dicho material, debe informar previamente del coste de este a la persona que lo demande para evitar malentendidos.



Más información

Guia Bancos de Tiempo

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Guía para la creación y gestión de un banco de tiempo
1.- Definir el proyecto: ¿Qué queremos hacer? ¿Quiénes estamos en el proyecto? ¿Necesito alguien
más o alguna institución que me ayude? ¿Con qué información contamos para comparar? ¿Conocemos
de primera

mano otras experiencias? ¿Qué modelo seguiremos? ¿Con qué medios contamos? ¿Quiénes
van a ser potenciales socios? (Tanto particulares como colectivos.) ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Le
hemos puesto ya un nombre? ¿Hemos pensado en un logo?
2.- Constituir un equipo gestor: Formación del equipo de hombres y mujeres que serán los
responsables de la creación y gestión del banco de tiempo, bien como asociación sin ánimo de lucro o
bien como servicio público, según la legislación que le corresponda y al objeto de tener cierta
personalidad propia, pues de la relación entre personas, que es lo que se hace en un banco de tiempo, se
corresponden determinadas responsabilidades legales que así quedan suficientemente cubiertas.
Es útil buscar la colaboración de otras asociaciones —de vecinos, de mujeres, culturales, etc., o bien de
otras instituciones públicas ya constituidas e implantadas en el barrio para colaborar estrechamente con
ellas, pues no sólo tienen un amplio conocimiento del tejido social circundante sino que además disponen
de una base asociativa, de afiliación o de clientela ya creada y consolidada que puede participar
directamente en el banco.
Por otro lado, es importante que el grupo gestor no sólo rote en sus tareas, sino que también esté abierto
a nuevos miembros y a nuevas ideas e impulsos, lo que incluso favorecerá al propio banco, puesto que la
vinculación e implicación de todos los socios será mayor. En este sentido es importante tener esto en
cuenta para reflejarlo en los estatutos o reglamento de funcionamiento interno para que se convierta no
sólo en un compromiso sino también en una obligación.
3.- Cuestiones Legales: Lo más adecuado es constituirse en asociación —cuya legislación es diferente
para cada comunidad autónoma en el caso de España— con carácter local. Si se constituye como
asociación, su propio funcionamiento legal será muy útil para la gestión del banco de tiempo, pues se
necesitarán un libro de socios donde registrar las altas y bajas de socios del banco, un libro de actas para
las reuniones periódicas de la junta directiva o equipo gestor, y facilitará además a través de sus estatutos
una forma de funcionamiento bastante útil para la gestión democrática y abierta del banco. Si se
constituye una asociación hay que informarse muy bien de cómo se gestiona en el registro municipal de
asociaciones.
Algunos bancos de tiempo incluso crean un reglamento interno de funcionamiento al estilo de los que
tienen las asociaciones, de manera que así establecen unas normas de funcionamiento internas que
difícilmente suelen quedar plasmadas en unos estatutos, donde sólo se tratan aspectos más jurídicos y
generales de las asociaciones.
Otra cuestión legal es el tema del seguro para cubrir los posibles problemas en los intercambios o los
accidentes que ocurran mientras éstos se llevan a cabo. La ley nos dice que todas las organizaciones que
trabajen con personal voluntario deben, al menos, contratar un seguro de accidentes y enfermedad.
También nos dice de forma indirecta que se debe contratar una cobertura de responsabilidad civil, pues
hace responsable a la asociación de los daños que sus voluntarios causen a terceros. Como no podemos
considerar a nuestros socios como voluntarios —no trabajan de manera altruista y solidaria, como dice su
definición en la ley— ni tampoco los intercambios como actos entre socios y terceros sino como acciones
voluntarias entre ellos, en mi opinión podemos obviar estas cuestiones legales. Otra cuestión diferente es
la que concierne a la protección legal de los datos de nuestros asociados, ya que estamos obligados a
seguir la LOPD con todo el rigor necesario.
4.- Ubicación del banco de tiempo: Una vez constituido ese grupo gestor se necesita un local o lugar
de reuniones y de encuentro de los futuros socios del banco. En este sentido habrá que buscar la cesión
de un espacio para establecer el banco, en centros cívicos, centros culturales u otras instalaciones. Con
respecto a material como equipos informáticos y la infraestructura mínima suficiente, material y humana,
para su sostenimiento, podemos empezar con los primeros intercambios en este caso de material-tiempo
u otra posibilidad es convertirse en banco por internet, bien creando una red social propia con la opción
de registrar los intercambios, bien formando un grupo dentro de los bancos por internet ya existentes
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(como Kroonos). No es que este tipo de bancos es tan cercano a la filosofía de proximidad y de red social
propia de los bancos de tiempo, pero pueden ser una herramienta muy valiosa para el registro de las
transacciones u otras tareas menores del banco (registro de actividades a intercambiar, actividades
grupales, etc. Lo ideal es usar una combinación de ambos recursos. Ejemplo San Javier (Murcia).
5.- Tomar decisiones en nuestro banco de tiempo:
Tras definir el nombre del banco de tiempo y su junta gestora, así como su domicilio social, y el reparto
del trabajo entre los participantes, hay qua pasar a la definición de las variables propias de un banco de
tiempo, concretamente: • Valor de los intercambios: lo más fácil es la hora como unidad de cambio.. La
unidad habitual de intercambio es la hora, independientemente del servicio que se ofrece o se demanda.
Si el tiempo del servicio es menor a los sesenta minutos, se ajustará a valores de media hora o a lo que
se decida. El valor del servicio es el tiempo que se tarda en hacerlo (normalmente incluye los traslados
hasta el lugar donde se va a realizar). Sería recomendable que se concretara una fórmula sencilla y eficaz
para dirimir posibles diferencias de criterio entre los socios, como por ejemplo un comité de sabios o
expertos que sean como los mayores del banco de tiempo y que se les considere como el máximo valor
de opinión dentro del banco, tal como se hace en las sociedades tradicionales.
Para registrar los intercambios necesitaremos una base de datos; en este sentido, se recomienda la
utilización del programa CYCLOS (véase el blog www.vivirsinempleo.org), o bien alguna experiencia de
banco de tiempo online que permita dar de alta grupos —como es el caso de Kroonos. Aunque puede
servir incluso un registro manual en un libro de contabilidad de los de toda la vida o un programa
informático tipo base de datos.
Decisiones que hay que tomar a la hora de funcionar:
Existen bancos de tiempo dan horas a cada socio nada más entrar, lo que facilita los intercambios.
Poner tope de endeudamiento a los socios: no más de un número determinado de horas.
Política de préstamos a socios, cuentas solidarias y traspaso de horas de un socio a otro.
Cómo entregar los talones de los intercambios (obviando ahora el diseño y el contenido de los mismos).
Cómo informar a los socios tanto de las ofertas de los servicios como de las demandas puntuales a los
interesados, además del saldo de su cuenta.
Uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales en nuestro banco de tiempo.
El contenido del material
6.- Material para poder empezar:
El primer material que tendremos que confeccionar u obtener será el siguiente:
• Hoja de inscripción, que rellenaremos junto con el socio y donde figuren los datos personales, las horas
de contacto y los teléfonos para las llamadas de otros socios, y sobre todo información sobre lo que
ofrece a los demás socios y lo que necesita.
• Talonarios para los intercambios, en los que deben constar por lo menos los siguientes datos: – Número
del socio o nombre del que abre el servicio. – Número del socio o nombre del que recibe el servicio.
Número de horas intercambiado: aquí ya es decisión de cada banco considerar una unidad mínima como
la media hora, pero lo normal es de hora en hora y ser flexible. – Fecha del intercambio. – Opcionalmente,
el motivo de intercambio.
Algunos bancos incluyen la valoración del intercambio para que el banco pueda controlar posteriormente
la calidad de los mismos y saber valorarlos luego en común, normalmente en un baremo de uno a diez, o
con estrellas, etc.
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• Documento con las normas de funcionamiento interno del banco de tiempo.
• Información escrita o virtual sobre nuestro proyecto: mediante folletos clásicos de toda la vida, cartelería,
información en web propia, etc.
• Boletín informativo para los socios con periodicidad en su publicación y distribución, con los intercambios
posibles e información general; puede ser en papel o por internet; sería muy recomendable una newsletter
que incluyera no sólo propuestas de intercambios sino también propuestas, ideas, información de
celebraciones (cumpleaños y efemérides de los socios), fechas de próximas reuniones, balance de las
actividades realizadas como memoria del grupo, etc., y todo aquello que aporte información y dinamice el
funcionamiento de nuestro banco de tiempo. (blog).
7.- Darnos a conocer
Necesitamos material publicitario propio, folletos, carteles, etc. que informen de los objetivos de nuestro
banco de tiempo, de su funcionamiento y de los beneficios para la comunidad y para cada persona del
barrio.
La publicidad debe ser además continuada, no debe terminar en la presentación pública del banco; si bien
luego el boca a boca se encargará de ello si existe una adecuada gestión del banco y unos resultados. La
difusión debe ir orientada y adaptada a nuestro público objetivo, es decir, si en nuestro barrio hay
inmigración deberíamos hacer publicidad en varios idiomas, además de dirigirnos a todo el entramado
asociativo del barrio que pueden ser posibles socios institucionales. Implicar a los medios de
comunicación locales es una iniciativa más a considerar.
Algunas ideas de difusión: • Presentación oficial del banco de tiempo, con la ayuda y participación de
asociaciones e instituciones implicadas, en un acto público. • Buzoneo, distribución del material escrito del
banco de tiempo por todo el barrio. • Aprovechar las mesas informativas •Contacto con medios locales e
información puntual de todas las actividades públicas que se hagan. • Redes Sociales y por supuesto la
Asamblea de vecinos de Tetuán.
8.- Los socios y las entrevistas
Si existe un lugar físico tendremos que concretar un horario para las entrevistas a las personas que
quieran hacerse socios, y éste debe adecuarse a los horarios de nuestros posibles socios: amas de casa,
jóvenes, mayores, trabajadores, etc. Cuando una persona interesada se acerca a la secretaría del banco
para hacerse socio, en primer lugar se toman sus datos personales en una ficha adecuada para ello, y
siempre con una aclaración al margen en referencia a la ley de protección de datos, aspecto muy
importante. Se le aclara cómo funciona un banco de tiempo, los objetivos que tiene para él mismo y para
la comunidad en donde vive, y se le invita a realizar un ejercicio de análisis con el entrevistador sobre qué
quiere pedir a los otros socios del banco y qué les quiere ofrecer.
En este primer contacto debemos ser capaces tanto de conocer sus necesidades como de descubrir toda
su potencialidad y habilidades que le convierten en una persona útil y necesaria para su comunidad, pues
la mayoría de las veces no sabe muy bien ninguna de estas dos cosas, y nosotros estamos para ayudarle.
Tomaremos nota en la ficha del socio tanto de lo que necesita como de lo que ofrece, así como de su
disponibilidad y forma de contacto con los demás socios; le explicaremos las normas de funcionamiento
del banco que deberá cumplir mientras sea miembro del mismo, y se le entregará un ejemplar de la
normativa al final de la entrevista y tras firmar su solicitud de alta, que quedará en poder de la
administración del banco de tiempo.
Si no existe lugar físico esta alta debiera ser virtual pero asimismo para corroborar la veracidad de los
datos de quien se inscribe por primera vez si debería de haber una entrevista con alguno de los miembros
del equipo gestor para ratificar el alta en el servicio.
Ideas clave que se deben transmitir y comprender en la entrevista:
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• Los intercambios no son recíprocos, primera idea clave que tenemos que explicar. Se puede
intercambiar con cualquier miembro del banco de tiempo, con las limitaciones pactadas en las normas de
funcionamiento respecto a endeudamiento y máximo de horas a acumular, entre otras cuestiones.
• No es una agencia de servicios. A veces llegan al banco de tiempo personas que creen que se arreglan
tuberías y que necesitan que se les haga gratis. No es trabajo encubierto es intercambio.
• Los intercambios deben ser sentidos justos y necesarios por los implicados en ellos aunque deberá
haber un cierto control sobre los intercambios realizados por los socios para evitar abusos.
9.- Qué podemos intercambiar: Respecto a la relación de ofertas y demandas de servicios, el banco
puede hacerlas públicas de distintas maneras: a través de un panel informativo en el local mediante un
listado, por internet, por correo, en reuniones periódicas de todos los socios y por parte de los interesados
de viva voz, etc., pero siempre respetando la confidencialidad de los datos de nuestros socios.
Otro de los aspectos importantes es diversificar al máximo la oferta de servicios, y no quedarse en el
ámbito de la asistencia, sino cubrir todos los ámbitos de la cultura y el conocimiento, así como algunas
iniciativas esporádicas de intercambio de productos que permitan conocer de manera experimental la
riqueza de otro tipo de intercambios como los LETS. Estos ámbitos de servicios englobarían: • Atención a
las personas • Tareas domésticas • Cuidado del cuerpo y la salud • Construcción, reparaciones, jardinería
• Transporte y distribución • Ocio y deportes • Cultura y artes • Música y baile • Educación y formación •
Medio ambiente • Animación, artesanía, hobbies • Asesoramiento y orientación • Idiomas • Informática •
Gestión y administración • Actividades comunitarias, etc. Sin limitaciones pero con realismo.
10.- Implicar a otras organizaciones: Puede ser incluso una forma de integración social para colectivos
de inmigrantes con clases de idiomas, con servicios de cooperación vecinal, grupos de limpieza y
embellecimiento de calles, vigilancia del tráfico a la salida de los colegios, protección medioambiental,
educación ciudadana. Puede haber colectivos como por ejemplo u colegio donde si por ejemplo se crea
un banco de tiempo con sede en un colegio, se dispondrá de un colectivo maravilloso compuesto sobre
todo por los alumnos, los profesores, los padres, los trabajadores del centro y las familias de todos ellos,
una auténtica red que se puede traspasar a todo lo circundante físicamente, desde comercios, empresas
o cualquier otra institución pública o privada cercana. Sin olvidar el trabajo en común con otras
asociaciones: como ya se ha dicho, el hecho de contar con una base de socios importante puede ser un
fuerte acicate para implicar a otras organizaciones.
11.- Gestión continuada del banco de tiempo: Para que la gestión del banco de tiempo sea eficaz
habrá que tener en cuenta:
• Control de la calidad de los intercambios (si la hubiera); en ocasiones hay que comentar a algún socio
que deje de efectuar determinado intercambio porque no lo hace con un mínimo criterio de calidad para
los demás.
• Control y gestión de los saldos negativos y positivos: que nadie acumule demasiado tiempo ni a favor ni
en contra, incentivando lo contrario.
• Evitar que la gente no intercambie talones después del intercambio (por exceso de amistad o confianza,
te ayudo sin más), señalar en todas las reuniones la impor- tancia de hacerlo para la pervivencia del
sistema.
• Caducidad de las horas para incentivar los intercambios: algunos bancos ponen límites de tiempo a las
horas acumuladas (tres, seis meses) al objeto de que se muevan y los socios pidan servicios. ;
• Gestionar grupos pequeños y en espacios geográficos concretos, no querer abarcar mucho e incluso
dividirse por áreas si fuera necesario para ser más efectivo.
• Para aquellos socios que necesiten ayuda especial, la posibilidad de abrir cuentas solidarias donde se
puedan donar horas para su atención.
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• No se debe buscar cantidad, es mucho mejor tener veinte miembros que estén dando y recibiendo que
tener un banco de tiempo de cien miembros de los cuales el 75% no esté implicado activamente.
• Establecer contacto con las organizaciones de voluntariado cercanas; que entiendan que el banco de
tiempo no es una amenaza para ellos e incluso ver qué posibilidades de colaboración podría haber entre
ambas.
• Es muy importante oír la opinión de todos los socios, ser un foro abierto y participativo.
• En ocasiones es recomendable para determinados intercambios tener referencias de otros socios para el
alta de un nuevo miembro, como es el caso del cuidado infantil, que en algunos países está controlado
por la policía; algunos bancos de tiempo exigen la presentación de un socio antiguo para poder entrar.
• Hay que conseguir que la gente gaste su tiempo, y las actividades colectivas son muy bien acogidas por
todos. La comida es además un buen socializador para estas reuniones, donde se puede hablar y llegar a
compromisos de intercambio futuros.
• Pueden organizarse talleres por parte de socios que tengan habilidades concretas, e incluso pueden
grabarse y colgarse en la web si son suficientemente interesantes, como ya hacen algunos bancos del
conocimiento.
• Si se considera que en nuestro banco de tiempo falta una determinada habilidad, hay que intentar
conseguirla, buscar gente que pueda ofrecer el servicio.
12.-: Dinamizar a los socios, dinamizar los intercambios:
• Creatividad, innovación, flexibilidad, cambio, nuevas ideas.
• Conocerse entre todos, que seamos un grupo amplio de amigos.
• Motivar los intercambios con reuniones periódicas que, por otro lado, consoliden el grupo (reuniones
propias e incluso con otros bancos, los llamados «mercadillos»). Es importante recordar que la comida ha
sido siempre el principal agente socializador en nuestra cultura. En el banco de tiempo de Alcobendas las
llaman «reuniones de papeo» y son las más exitosas y concurridas.
• Reconocimiento público a los mejores socios como herramienta de dinamización. Reconocer el trabajo
de los miembros que ofrecen mayor cantidad de servicios. Por ejemplo, dar un premio anual a aquel que
dedique mayor tiempo, realice más tareas o sea el más equilibrado (que pida tanto como da, que es el
principal valor del banco).
• Hacer cuentas colectivas familiares: una sola cuenta para cada familia, de esa manera implicamos a
todos sus miembros, en concreto a los hombres, que suelen participar poco en estas cosas, así logramos
una implicación intergeneracional; de este modo sí funcionaría de verdad como una auténtica herramienta
de conciliación, pues las cuentas familiares podría engrosarlas el marido con saldo y gastarlo la mujer en
liberarse de su trabajo como ama de casa.
• Crear cuentas familiares pero de nuevas familias solidarias para personas solas: abuelas y abuelos
adoptivos, hijos y nietos adoptivos; de esta manera creamos nuevos vínculos afectivos y de ayuda para
quien lo necesite.
• Festejar el Día Sin Compras como una excusa interesante para llegar a los vecinos: en vez de comprar,
dedícate a intercambiar. Este día se celebra cada 28 de noviembre desde hace ya más de quince años
impulsado por asociaciones y colectivos ecologistas en numerosos países, para promover una especie de
«huelga del consumidor», pero que lo que pretende no es más que llamar la atención sobre los excesos
de la sociedad de consumo. La asociación promotora en nuestro país es Ecologistas en Acción, y los
bancos de tiempo deben ir de la mano de estas asociaciones, de colectivos de comercio justo, de
consumo responsable, asociaciones de derechos humanos, etc., para hacer de este día una celebración
en toda regla a favor de un modelo de con- sumo más sostenible y humano.
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13.- Innovar siempre y algunas ideas para intercambiar
• Las clases de castellano, catalán, gallego o euskera pueden ser otro medio para el banco de obtener
recursos y la integración de los inmigrantes, así como clases de las lenguas originarias de los propios
inmigrantes, pudiendo crear una academia informal multilingüe y multirracial.
• Crear una biblioteca con donación de libros por parte de los socios, con alquiler de libros en tiempo (esto
también vale para otro tipo de soporte como DVD o para la música).
• Grupo de historia de la localidad o del barrio, en el banco de tiempo: los mayores aportan la historia del
pueblo o del barrio, sus experiencias, su conocimiento y su memoria; los jóvenes pueden recoger esa
información, creando el libro de experiencia de la comunidad dentro del banco, y por todo eso se “paga” y
se inter- cambia.
• Crear la figura de socios o grupos de socios que —a la manera de la idea de los gestores de tiempo que
plantean en Galicia— sean generadores de recursos y promuevan nuevos y diferentes intercambios para
la comunidad dentro del banco de tiempo, y puedan cobrar su tiempo por ello.
• Desarrollar al máximo la función de los bancos de tiempo como yacimientos de empleo: a través del
desarrollo de talleres formativos sobre diferentes materias, como puede ser cultivo en huertos urbanos,
terrazas y azoteas urbanas; industria textil básica; cerámica, etc. El producto del trabajo de estos talleres
se podría ofrecer dentro del mismo banco. En el caso de que alguno de los talleres fuera viable como
negocio, podemos sugerir y apoyar la creación de una cooperativa o una comunidad de bienes entre
varios socios que facilitara su reinserción en el mundo laboral si fueran parados.
• Algunos bancos de tiempo han promovido la posibilidad de préstamo de objetos entre sus asociados,
los típicos objetos que sólo se usan una vez y que no justifican el adquirirlos sino conseguirlos prestados
de alguien.
• La paga semanal o mensual de los niños se podría instrumentar también a través de los bancos de
tiempo; no sólo eso, sino también por el alto valor didáctico que tiene para ellos que se valore su esfuerzo
y su trabajo de la misma manera que a un adulto.



Más información

7 claves para crear un Banco del Tiempo

Julio 7, 2014 por Elena Martin
Los bancos del tiempo no son nuevos, y sin embargo en un entorno social y económico donde todos andamos buscando respuestas, creemos que todavía hay espacio para mucho más intercambio de la gente en pueblos, barrios o ciudades sin necesidad de moneda.

Un

banco de tiempo es un sistema de intercambio de servicios por tiempo. La unida de intercambio en lugar de ser dinero es una medida de tiempo, la más común el trabajo por hora. Tiene la ventaja de fomentar relaciones sociales, conocimiento entre vecinos o personas que pertenecen a un mismo entorno y la igualdad entre diferentes estratos económicos.

Un buen ejemplo lo encontramos en el centro de Madrid, España. El 15M (15 de Mayo de 2011) se tornó en movimiento. Un movimiento conocido como el movimiento de los indignados, que reunió durante meses en plazas de todo el país a personas descontentas con el sistema y que participando en asambleas ciudadanas, pudieron contribuir con sus ideas a la construcción de soluciones. De ahí salieron diferentes propuestas en diferentes lugares. El banco del tiempo fue una de ellas y Malasaña en el centro de Madrid, uno de los lugares donde probar esta alternativa de intercambio sin dinero. Hablamos con Lucía Villafañe, una de las impulsoras del Banco del Tiempo de este barrio que nos dio 7 pasos a tener en cuenta, si desde donde nos lees crees que esta es una buena idea para replicar en tu comunidad.

Iniciar un grupo: busca aquellas personas a los que esta idea también les parezca atractiva.
Averigua si alguien ya lo ha hecho. No reinventes la rueda. Si hay alguien que ya ha comenzado algo similar, une esfuerzos o trata de aprender de ellos y sus procesos para no cometer los mismos errores.
Figura legal – ¿Qué tipo de organización quiere la gente?, ¿hace falta registrar el banco del tiempo bajo algún tipo de status determinado?, ¿cuál? Todo esto dependerá de las decisiones que tome el grupo.
Contar con un software de gestión específico para este tipo de proyectos. Además de ello, es bueno si el grupo que gestione el banco tienen a alguien que controle temas de informática.
Cuadrar los objetivos con la disponibilidad real de los integrantes que desarrollan y gestionan el banco del tiempo. No vale de nada tener grandes expectativas si no tenemos los recursos o el tiempo. Definir desde el principio si queremos ser muy ambiciosos y conseguir mucho y pronto, o mejor ir poco a poco.
Súper importante es la dinamización, dar a conocer el Banco de tiempo, mantener las altas y extender la base de datos de una forma que no simplemente represente cantidad, sino calidad. Muchos usuarios sin interactuar entre ellos no generan valor.
Importante estar abiertos a que bajo la gestión se integren gradualmente otras personas que puedan aportar otras perspectivas, miradas y valor al proyecto.
Recuerda, no es necesario reinventar la rueda. Si te gusta la idea comienza por ver si hay un banco del tiempo cerca, webs como esta (solo España) te ayudarán a localizar si hay algo cerca de ti. Te dejamos además un video donde entenderás mejor todo el concepto.

www.youtube.com/watch?v=-Bif0kkm9Hc



Más información

5 consejos para crear un Banco de Tiempo

DICIEMBRE 9, 2012 | BY SERGI ALONSO | CATALUÑA, EJEMPLOS, ESPAÑA, INTRODUCCIÓN, TUTORIAL | BANCO DE TIEMPO
¿Vives en un barrio, pueblo o ciudad pequeña y estás pensando en crear un Banco de Tiempo? No te arrepentirás, ocurren cosas maravillosas en una comunidad de personas cuando se

relacionan con la igualdad que genera la moneda tiempo.

Sergi Alonso presidente de la Asociación para el Desarrollo de los Bancos de Tiempo nos ha preparado 5 consejos básicos para iniciar un banco de tiempo.

Antes de nada es importante investigar si ya existe un Banco de Tiempo por vuestra zona, si es así siempre es una buena idea sumar esfuerzos siempre que sea posible.

En caso de no existir ningún Banco de Tiempo en vuestra zona os damos 5 consejos que os ayudarán en vuestro camino. Podéis ampliar vuestros conocimientos sobre los Bancos de Tiempo a través de la asociación para el desarrollo de los Bancos de Tiempo.

1
Lo primero que necesitamos es tener un equipo de personas convencidas y comprometidas. Todas ellas deben tener claro qué es, y qué no es, un Banco de Tiempo y tener la firme convicción de querer hacerlo realidad.
El trabajo a realizar para velar por el buen funcionamiento de un Banco de Tiempo se puede dividir en cuatro grandes áreas: administración, relaciones internas, relaciones públicas y organización. Demasiado trabajo para una sola persona, un equipo humano hará que el trabajo sea más asequible y fructífero.
2
Para ponernos a funcionar necesitamos como mínimo una oficina de atención al público, un ordenador con internet, teléfono, material de oficina así como la posibilidad de imprimir talonarios, carteles y/o trípticos para la difusión del proyecto.
Es muy común que los Bancos de Tiempo cuenten con el apoyo municipal para conseguir el espacio y la logística, pero si no tenemos esta posibilidad podemos buscar apoyo en las entidades sin ánimo de lucro que puedan existir por nuestra zona: asociaciones de vecinos, cooperativas de consumo, ateneos populares, etc.
3
Los vecinos de tu zona solo van a conocer el Banco de Tiempo si sabes llegar a ellos. Para conseguir este objetivo se pueden organizar reuniones para gente interesada en el proyecto y hacerlo saber mediante carteles, radio/TV locales, redes sociales, etc.
Si el Banco de Tiempo ya tiene una oficina y dispone de un horario de atención al público es muy recomendable participar de las actividades de la zona, como pueden ser: fiestas, ferias, actividades en centros cívicos, etc. Siendo muy útil siempre tener a mano trípticos explicativos para que cualquier persona con curiosidad pueda entender fácilmente qué es un Banco de Tiempo, cómo funciona y cómo puede ponerse en contacto con nosotros.
4
No debemos olvidar nunca que un Banco de Tiempo se centra en las personas y que persigue la creación y consolidación de una comunidad real. Las nuevas tecnologías son herramientas necesarias que nos ayudarán a facilitar los procesos que tienen lugar dentro de un Banco de Tiempo pero nunca deben sustituir el contacto personal.
Nos será muy útil contar con una página Web o un Blog del Banco de Tiempo así como tener presencia en las redes sociales, pero sobretodo vamos a necesitar un software de gestión para el Banco de Tiempo que nos permitirá gestionar de manera sencilla perfiles de usuario, contabilidad, ofertas y demandas.
5
No existe una fórmula mágica que haga que un Banco de Tiempo funcione bien. Una comunidad de personas basada en la ayuda mutua no está exenta de grandes retos como por ejemplo: conflictos, dificultad para confiar en la nueva moneda, falta de recursos, motivación o compromiso. Todos estos retos solo se pueden superar gracias a la convicción y a la perseverancia de las personas más afines al proyecto.
Para que un Banco de Tiempo funcione bien se necesita invertir tiempo y esfuerzo. Debemos tener una actitud proactiva que nos permita hacer frente y superar cada nuevo reto que se nos presente.
La parte más mágica llega al verse recompensado constatando que las personas somos más felices cuando colaboramos, cuando descubrimos todo lo que tenemos para ofrecer a los demás y todo lo que los demás pueden ofrecernos a nosotros.



Más información

Banco de tiempo en WIKIPEDIA

Banco de tiempo

Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada. Este aviso fue puesto el 29 de octubre de 2009.
Puedes añadirlas o avisar al autor principal del artículo en su página de discusión pegando: {{sust:Aviso referencias|Banco de

tiempo}} ~~~~

Un banco de tiempo es un sistema de intercambio de servicios por tiempo. En él la unidad de intercambio no es el dinero habitual sino una medida de tiempo, por ejemplo el trabajo por hora. Es un sistema de intercambio de servicios por servicios o favores por favores. Propone la ventaja de fomentar las relaciones sociales y la igualdad entre distintos estratos económicos. Se plantea el uso de este tipo de economía para solucionar diversos problemas presentes en la economía de mercado, a modo de economías complementarias o mercados alternativos. Actualmente estos proyectos pueden ser potenciados con el soporte de la tecnología de la información.

Imaginemos, por ejemplo, que ciertos individuos, no estando necesitados de dinero, lo estén de tiempo, y estuvieran dispuestos a pedir un préstamo en términos de tiempo. De este modo, al igual que en los sistemas financieros tradicionales, existiría un trasvase (en este caso de tiempo), desde las unidades excedentarias a las deficitarias, a cambio de una cierta rentabilidad por supuesto, pagada en unidades monetarias o temporales, según el caso.

Índice [ocultar]
1 Precedente
2 Dinero de tiempo
3 Funcionamiento
4 Véase también
5 Enlaces externos
Precedente[editar]
Uno de los pioneros en desarrollar experimentos en torno al banco del tiempo fue el anarquista norteamericano Josiah Warren, como por ejemplo en la famosa Cincinnati Time Store. Dicho proyecto inspiró a muchos anarquistas, sobre todo franceses y estadounidenses.

Dinero de tiempo[editar]
El dinero de tiempo se crea a través de crédito mutuo: cada transacción se registra como un crédito y débito en las cuentas de los participantes. En un sistema de dinero de tiempo, o banco de tiempo, el tiempo de cada participante se valora por igual, ya sea él/ella un principiante o un experto sobradamente preparado. El dinero de tiempo reconoce y alienta un servicio recíproco a la comunidad, resiste la inflación sin acaparamiento, y está en oferta suficiente, que permite el comercio y la cooperación entre los participantes. Más importante aún, el banco de tiempo es una herramienta para revitalizar la vida misma de la comunidad.

La herramienta ha demostrado ser extremadamente flexible, trabajando igual de bien a través de las minorías étnicas, socioeconómicas, religiosas o de los grupos raciales. Se ha aplicado en una gran variedad de ajustes -comunidades rurales y urbanas, en el Tribunal de Menores, y en comunidades de jubilados, por citar algunos.

Funcionamiento[editar]
El dinero de tiempo es una nueva moneda para proporcionar una solución a los recortes masivos del gasto público en materia de bienestar social, pero sin recurrir a la intervención estatal de la economía, sino al contrario, a partir de la libertad de acción económica. Plantea que el dinero convencional actualmente no es suficiente para arreglar todos los problemas que enfrentan las sociedades. La idea entonces es crear un nuevo tipo de dinero para pagar a la gente por lo que se necesita hacer, valorando las contribuciones por igual y sacándole provecho a las habilidades de las personas, con una hora equivalente a un servicio de crédito.

Los créditos de tiempo son depositados en un banco del tiempo. Pueden ser sacados en cualquier momento y gastado en un gran rango de servicios y oportunidades ofrecidas por los demás usuarios (también el propio banco del tiempo actúa como un usuario ofreciendo y demandando servicios de otros usuarios). Estos planes se denominan actualmente bancos de tiempo, bancos de horas y se promueven como una herramienta de regeneración de la comunidad .

Detalles de todas las habilidades, necesidades y disponibilidad de todos los usuarios están almacenados en el ordenador del banco de tiempo de forma confidencial y así cualquier necesidad puede ser cubierta por la persona local adecuada. Ahora también se pueden cubrir las necesidades en la página de Internet del banco de tiempo, siempre y cuando el banco disponga de ella y el usuario dé su consentimiento para que sus datos estén almacenados en ella. El software de bancos de tiempo graba y cuenta todas las transacciones hechas entre usuarios e imprime los detalles de todas las cuentas.

Cuanto mayor crédito de tiempo circule y cuanta más gente comparta su tiempo y sus talentos entre ellos más rica se convertirá la comunidad. Los cuidados y la cooperación se convierten en la fuerza motriz para el cambio social. Todo el mundo tiene la oportunidad de ser donante y receptor, y por ende se convierte en un miembro productivo de la comunidad. Trascurrido un tiempo redes informales de confianza y soporte evolucionan y actúan como una forma de familia extendida – conectando a la gente y respetando su autonomía.



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